Aureo Herrero

 

Colaboraciones

 

CANTATA PARA UN TIEMPO FUTURO

JULIO CORTAZAR. 50ANIVERSARIO DE "EL PERSEGUIDOR"

El Barraco, (Ávila) Agosto 2009

CANTATA PARA UN TIEMPO FUTURO

JOSÉ PULIDO (1)

FUGAS (primera lectura)

El Perseguidor de Julio Cortazaregresan de improviso. Fogonazos
-Esto lo estoy tocando, y es mañana-
de un presente tan distinto y tan claro
que siento aún el frescor de sus aguas.

Llegan como un río subterráneo
que otro tiempo en mi sangre levanta;
como músicas sobre un lienzo en blanco,
como puertas a mis pasos cerradas.

Dejan caer su semilla en los labios,
instantes con la extensión de una vida,
donde fracasan los significados

Presienten otra verdad, su salida,
la oscura intuición en su juego abolida,
la apuesta que burla a sus propios dados.

FUGAS (segunda lectura)

Llegan como un río subterráneo
que otro tiempo en mi sangre levanta;
como música sobre un lienzo en blanco,
como puertas a mis pasos cerradas.

Regresan de improviso. Fogonazos
-Esto lo estoy tocando, y es mañana-
de un presente tan distinto y tan claro
que siento aun el frescor de sus aguas.

Presienten otra verdad, su salida,
la oscura intuición en su juego abolida,
la apuesta que burla a sus propios dados.

Dejan caer su semilla en los labios,
instantes con la extensión de una vida
donde fracasan los significados.

 

MARIO PÉREZ ANTOLÍN (2)

LA ANATOMÍA DEL JAZZ (primera lectura)

on huesos percutidos
del tronante impacto
en un redoble rítmico
que hace saltar astillas
a la batería

con los alambres tensos
que vibran en pellizcos
artríticos durante un abrazo
porteño al contrabajo

con el silbo melódico
y el arpegio sordo
que emite la trompeta
mientras agoniza

con una nota suspensa
en la balada obsesiva
y se funden los pulmones
al vaciarse en un solo de saxo

con la escala de granizo
que teclea los tejados
pon las yemas de los dedos
en un piano imaginario

se hace una música a ras del suelo
con todos los desperdicios del mundo
improvisada y repentina como
la respiración de un recién nacido
se hace el Jazz.

LA ANATOMÍA DEL JAZZ (segunda lectura)

Con la escala de granizo
que teclea los tejados
pon las yemas de los dedos
en un piano imaginario

con una nota suspensa
en la balada obsesiva
y se funden los pulmones
al vaciarse en un solo de saxo

con el silbo melódico
y el arpegio sordo
que emite la trompeta
mientras agoniza

con los alambres tensos
que vibran en pellizcos
artríticos durante un abrazo
porteño al contrabajo

Con huesos percutidos
del tronante impacto
en un redoble rítmico
que hace saltar astillas
a la batería

se hace una música a ras del suelo
con todos los desperdicios del mundo
improvisada y repentina como
la respiración de un recién nacido
se hace el Jazz.

 

MARIO GUINEA (3)

(primera lectura)

ncló la deriva de su cuerpo en territorio conocido. Los dedos de Johnny, firmes pese a la adicción, no paraban de acariciar los pezones entumecidos del saxo. Los focos irradiaban el escenario, cauterizando un silencio preñado de dolor sonoro. Sus pulmones ya no eran pulmones, sino pulsaciones desbocadas en pos de una vivencia irrepetible. Limusinas que resoplaban humeantes bajo la lluvia. Prostitutas de risa negra exhibiendo su carnaza prehistórica. Chavales rajando por diversión el vientre atropellado de un jamelgo al compás de sus navajas. De pronto se vio corriendo por el asfixiante pasadizo que tan familiar le resultaba, y que parecía no llevar a ninguna parte. "Esto lo estoy tocando mañana", acababan de escuchar, entre murmullos y silbidos, los parroquianos. Jamás permitiría que le alcanzasen las manecillas del reloj. Y en ese preciso instante supo, supieron todos, que la noche transfigurada se había trocado en muerte.

(segunda lectura)

Limusinas que resoplaban humeantes bajo la lluvia. Prostitutas de risa negra exhibiendo su carnaza prehistórica. Chavales rajando por diversión el vientre atropellado de un jamelgo al compás de sus navajas. Jamás permitiría que le alcanzasen las manecillas del reloj. De pronto se vio corriendo por el asfixiante pasadizo que tan familiar le resultaba, y que parecía no llevar a ninguna parte. Sus pulmones ya no eran pulmones, sino pulsaciones desbocadas en pos de una vivencia irrepetible. Ancló la deriva de su cuerpo en territorio conocido. Los focos irradiaban el escenario, cauterizando un silencio preñado de dolor sonoro. Los dedos de Johnny, firmes pese a la adicción, no paraban de acariciar los pezones entumecidos del saxo. "Esto lo estoy tocando mañana", acababan de escuchar, entre murmullos y silbidos, los parroquianos. Y en ese preciso instante supo, supieron todos, que la noche transfigurada se había trocado en muerte.

 

SANTOS JIMÉNEZ (4)

PARALELAS (primera lectura)

esde que abandoné las aspirinas
algo no anda bien dentro de mí.
Si hablo así no es porque esté en la peor de las miserias:
aguanto mal la estopa amarillenta de los días,
estoy francamente deformado por el lado del alma.

Todo el mundo sabe que hay balsas en el tiempo.
Lagunas en el tiempo, como atrapar pasado mañana
apoyado en el mostrador reluciente de un bar
cuyo nombre es Estrella de Ajenjo
y el camarero sirve café con ron. Y si hay café no es el final.

Mi voz se parece a la voz de una tetera rajada,
con la nota brusca y breve de un corazón que se rompe.
Con instinto de cazador sé que "esto lo estoy tocando mañana"
con miles de saxofones que suenan desde urnas.

PARALELAS (segunda lectura)

Mi voz se parace a la voz de una tetera rajada,
con la nota brusca y breve de un corazón que se rompe.
Con instinto de cazador sé que "esto lo estoy tocando mañana"
con miles de saxofones que suenan desde urnas.

Todo el mundo sabe que hay balsas en el tiempo.
Lagunas en el tiempo, como atrapar pasado mañana
apoyado en el mostrador reluciente de un bar
cuyo nombre es Estrella de Ajenjo
y el camarero sirve café con ron. Y si hay café no es el final.

Si hablo así no es porque esté en la peor de las miserias:
aguanto mal la estopa amarillenta de los días,
estoy francamente deformado por el lado del alma.
Desde que abandoné las aspirinas
algo no anda bien dentro de mí.


CARLOS AGANZO (5)

EL PUZZLE DE JOHNNY (primera lectura)

omo flor de neón en la ventana
del subterráneo fluye el pensamiento:
la vida entera pasa en un momento
y el hilo de las horas se devana.

Drogado el saxofón en el nirvana
de un espacio sin ley, un solo lento
de la garganta sube al sentimiento:
lo estoy tocando hoy, pero es mañana.

Descalzo el corazón, pleno el oído,
sólo así su tormenta encuentra calma.
Y el pulso recupera su latido.

Una vez más el saxo se ha perdido:
la música se rompe por el alma:
armonía de luz, tiempo abolido.

EL PUZZLE DE JOHNNY (segunda lectura)

Drogado el saxofón en el nirvana
del subterráneo fluye el pensamiento
de un espacio sin ley, un solo lento,
y el hilo de las horas se devana.

Lo estoy tocando hoy, pero es mañana.
La vida entera cabe en un momento.
De la garganta sube al sentimiento,
como flor de neón en la ventana.

Armonía de luz, tiempo abolido,
la música se rompe por el alma,
descalzo el corazón, pleno el oído.

El pulso recupera su latido.
Sólo así su tormenta encuentra calma:
una vez más el saxo se ha perdido.


JOSÉ MARÍA MUÑOZ QUIRÓS
(6)

(primera lectura)

n rumor desde el bosque de las sombras,
Una dudosa fuente en el vacío
Donde bebe la música y el río
Inmenso de los nombres que no nombras.

Un rumor desde el fondo de las notas
De los caminos de la madrugada.
Un temblor de tristeza inacabada
Entre la sucesión de las derrotas.

Una mirada oscura, una incesante
Soledad de paloma, una cambiante
Penumbra en los espejos de luz vana.

Un volver a empezar que no termina,
Una música lenta que adivina
Que esto lo estoy tocando y es mañana.

(segunda lectura)

Una dudosa fuente en el vacío
Inmenso de los nombres que no nombras.
Un rumor desde el bosque de las sombras,
Donde bebe la música y el río.

Un temblor de tristeza inacabada
Un rumor desde el fondo de las notas
Entre la sucesión de las derrotas
De los caminos de la madrugada.

Un volver a empezar que no termina,
Una mirada oscura, una incesante
Soledad de paloma, una cambiante

Penumbra en los espejos de luz vana.
Una música lenta que adivina
Que esto lo estoy tocando y es mañana.


ANA AGUSTÍN (7)

PRESAGIOS (primera lectura)

cabo de olvidar lo que ayer
esperaba, en un futuro simple,
porvenir sin grandes pretensiones
de contacto; y así, me cuelo
en el minuto anterior al próximo
mientras sigo prendida en el tacto
-esto lo estoy tocando mañana-
que pudiera no ser más que la idea
de un presente ya pasado. Porque hoy
ya es ayer cuando vivo tu ausencia
sobre la tela nueva que envuelve
este secreto.
Porque no tengo latido en estas manos
cargadas de compases anudados,
rotas de acariciar el frío metal
de tus palabras.

PRESAGIOS (segunda lectura)

Porque hoy ya es ayer
cuando vivo tu ausencia sobre la tela
nueva que envuelve este secreto,
porque no tengo latido en estas manos
cargadas de compases anudados,
rotas de acariciar el frío metal
de tus palabras;
sigo prendida en el tacto
-esto lo estoy tocando mañana-
mientras pudiera no ser más que la idea
de un presente ya pasado.
Y así, me cuelo en el minuto
anterior al próximo,
porvenir sin grandes pretensiones de contacto.
Acabo de olvidar lo que ayer
esperaba en un futuro simple.

 


 

Carlos Aganzo

José María Muñoz Quirós

Ana Agustín

Mario Pérez Antolín

José Pulido

Santos Jiménez

Mario Guinea

Naiel Ibarrola

Jonathan Hurtado